jueves, 28 de noviembre de 2013

Género, masculinidad y homosexualidad. A propósito del caso Zamudio

Daniel Garcés Romero


El día lunes 28 de Octubre, se dio a conocer la sentencia de los autores del crimen contra Daniel Zamudio, joven homosexual que fue asesinado por la homofobia de sus victimarios. Pero más que fuera solo una noticia y una anécdota de los diarios policiales, fue sin duda uno de los acontecimientos que remecieron al mundo político, generándose lo que actualmente conocemos como “Ley antidiscriminación”.

Sin embargo existe un contexto en el que nuestra sociedad aún avanza, plenamente en materia de igualdad y tolerancia social, pero sería interesante intentar conocer por qué se da este comportamiento – de discriminación y violencia – sobre el mundo homosexual, sobre todo desde la perspectiva de género y las Masculinidades.

ESTUDIOS DE GÉNERO


Desde los importantes aportes de Money y Stoller en la conceptualización sobre el género, se ha podido instalar las bases para la elaboración de nociones complejas, que dieran cuenta sus múltiples dimensiones.
El origen de los estudios de género se da desde el feminismo académico de los años 70, en donde se intentar articular las diversas disciplinas sociales y donde el rol de la mujer ha generado conclusión académica:

“La denominada segunda ola de Feminismo (ubicada haca la mencionada década) jugó un papel central en la visualización de la desigualdad de las mujeres como sujetos de derecho (…) se le colocaba ahora sobre la mesa el derecho a controlar su cuerpo.” (Güida & López, 2000)

El propio surgimiento de los Estudios de la Mujer, estuvo involucrado en la mirada crítica a la concepción antropocéntrica y falocéntrica de la ciencia, y a su vez, intentar visibilizar la situación en la que se encontraban las mujeres en el mundo.

A partir de los años 80, surgen los primeros estudios sobre masculinidad en los Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Alemania. Ha surgido como una respuesta a la mismo intento de construcción social que se ha visto enfrentado los estudios Feministas, reconociendo su importancia y su valor relacional al momento de conocer sobre la categoría de género.

Es así como López y Güida (2000) señalan que los Estudios sobre Masculinidad surgen desde la producción teórica de las intelectuales feministas, de antropólogos que estudian el género en diversas culturas y de historiadores. Se diferencian de los Estudios de la Mujer y de los Estudios de Género, por no contar con un movimiento social paralelo, como ha sucedido con los estudios y el movimiento de mujeres. Es una producción sin militancia paralela en el cual sea posible analizar o sustentar con recursos teóricos.

 MASCULINIDAD Y LA HOMOSEXUALIDAD


"Generalmente los machos aprenden lo que no deben ser para ser masculinos. Muchos niños definen de manera muy simple lo que deben ser: lo que no es femenino" (Güida & López, 2000).

La identificación y la construcción de la masculinidad es un proceso complejo, es así como varios autores han concluido que esta construcción es necesario sortear en tres etapas el abandono de la feminidad, puesto que primero que todo, lo femenino es “natural”.

Es por ello que los hombres encuentran mediante rituales de diversos tipos, como por ejemplo, los deportes extremos y violentos, intentan a través de estos espacios confirmar su masculinidad y no generar ambigüedad en los propios compañeros, para así generar y consolidar relaciones homosociales.

El solo hecho de observar estas acciones o rituales recrea actitudes y  comportamientos confirmatorios: el lenguaje, las modalidades de demostrar y transmitir  afectos, la competitividad. Las imágenes masculinas del poder están asociadas a la dominación sobre otro en este lenguaje androcéntrico y falo céntrico. 
Es por eso que es posible decir que la masculinidad se construye como huida de lo femenino, como homofobia y como validación homosocial (Kimmel, 1997).
Joe Kort (2003) en su libro “10 consejo para un hombre gay”, señala en uno de sus capítulos cómo la masculinidad se construye como la huida de lo femenino y la homofobia:

 “Cuando ve que sus profesores, sus padres y otras figuras de autoridad practican la homofobia y el heterosexismo, el joven gay aprende a ocultarse. En realidad, puede que ocultarse sea una reacción inteligente por su parte, porque salir del armario – en un lugar inoportuno y en una época inadecuada- puede traer consigo el ostracismo y, el insulto e incluso el maltrato físico y psicológico” (Kort, 2005)

Es por eso que la homofobia surge de la represión del deseo de otro, del temor a la homosexualidad y a ser signado como homosexual. Vinculado con el sexismo y al androcentrismo falocéntrico, esto produce que el ser heterosexual se vea incitado a generar a una respuesta de una violencia sexual. La violencia masculina puede ser analizada en tres categorías: hacia sí mismo, hacia las mujeres, hacia otros hombres (Kimmel, 1997).

Por otra parte, Kimmel (1997) sostiene que la masculinidad al ser una construcción cultural, la torna frágil. En esta dirección, analizando los actos de violencia sexual y doméstica perpetrados por varones afirma que son una demostración de la necesidad de confirmación del ser varón, al mismo tiempo que prácticas de ejercicio de la dominación.

 APRECIACIONES FINALES


Hablar de lo masculino y lo femenino desde un enfoque de género implica asumir que son las propias culturas quienes construyen los modos de ser mujer y de ser hombre. Asumir  la idea de complemento o de antagonismos entro lo femenino y lo masculino es una respuesta que se da en un pensamiento dualista dicotómico de lo femenino-masculino en el mundo occidental.

Es por ello que el propio feminismo y los estudios de género parten de una temática totalmente contrapuesta: La Igualdad y la  Diferencia. Se podría señalar que es en este punto donde es posible vincular los estudios constructivistas y esencialistas como posturas epistemológicas coherentes al momento de investigar estas temáticas.

La hegemonía masculina supone un  modelo que se intenta dar una autovalidación de la identidad masculina y regula las relaciones genéricas de la sociedad (no solamente lo masculino y lo femenino), intentando con estos rituales, validar a este individuo en su identificación heterosexual como una construcción social, y este trabajo debe ser constante, por lo que cualquier medio es válido, incluso la agresión y la homofobia.

El caso Zamudio solo representa lo que en el espectro social pasa día tras día, en un contexto en donde el heterosexual (y la heteronomía) necesita validarse a sí mismo mediante sus mecanismos coercitivos tales como la discriminación y la violencia de género. Se rumorea que uno de los victimarios de la muerte de Daniel no es heterosexual, lamentablemente no fue posible encontrar información que acredite esta afirmación.

Por último, nuevas preguntas surgen de esta temática: cómo el modelo sexual hegemónico es validado por las mismas víctimas y este comportamiento se ven reflejado en estos grupos, los propios estereotipos homosexuales y su relación con el antropocentrismo.
                                                                                        

Bibliografía 



Güida, C., & López, A. (2000). Aportes de los Estudios de Género en la conceptualización de la masculinidad. Montevideo: Universidad de la República.

Kimmel, M. (1995). El desarrollo (de género) del subdesarrollo (de género): La producción simultánea de masculinidades hegemónicas y dependientes en Europa y Estados Unidos. En T. Valdés, & J. Olavarría, Masculinidades y Equidad de género en Latinoamérica (págs. 207-217).

Kort, J. (2005). 10 consejos básicos para el hombre gay. Bilbao: Egales.

Martín, S. (2007). Los estudios sobre la Masculinidad: Una nueva mirada al hombre a partir del feminismo. Barcelona: Ediciones UAB.

Misael, O. (2008). Estudios sobre Masculinidades: Aportes desde américa latina. Revista de antropología Experimental, 67-73.

Soto, K. (28 de Octubre de 2013). Condenas en caso Zamudio fueron recibidas con irónicos aplausos de los principales imputados. La Tercera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario