lunes, 25 de noviembre de 2013

Sobre los géneros: multiplicidad y fluidez.

Natalia Astudillo Guerra

“Tuve que abandonar el hogar para poder encontrarme a mí misma, encontrar mi propia naturaleza intrínseca, enterrada bajo la personalidad que me había sido impuesta. (…)En lugar de planchar las camisas de mis hermanos pequeños o de limpiar los armarios, pasaba largas horas estudiando, leyendo, pintando, escribiendo. Cada pedacito de confianza en mí misma que laboriosamente lograba reunir, recibía una paliza diaria. No había nada de mí que mi cultura aprobara. Había agarrado malos pasos. Something was «wrong» with me. Estaba más allá de la tradición.” (Anzaldúa, 2004:72)

Si el feminismo tiene como propósito emancipar a los géneros en relación a la opresión que provocan las culturas patriarcales al delinear de forma binaria las identidades tanto de mujeres como de hombres,  debe comprender algo implícito en este propósito. Si para Facio (s.f) el objetivo del feminismo es “transformar la situación de subordinación de las mujeres en todo el mundo.” (p: 5) y para Kaufman (1995) “(…) el patriarcado existe no sólo como un sistema de poder de los hombres sobre las mujeres,  sino de jerarquías  de poder  entre  distintos  grupos  de hombres y también entre diferentes  masculinidades.” (p: 127), es que se hace necesario comprender de forma efectiva que no solo es necesario romper esta dualidad hombre-mujer y las relaciones de poder que representan, sino que comprender que dentro de estas mismas categorías existen distintas configuraciones de las identidades de géneros, en decir, es necesario que lxs feministas adjunten a su vocabulario esta multiplicidad de los géneros.

El género ya sea entendido como una relación social (Scott, 1996) o como aquello que siempre fue sexo (Butler, 2009) viene dado por las características de cada cultura patriarcal; esta multiculturalidad no deja de ser importante cuando desde el mismo feminismo se cuestionan prácticas culturales sin considerar las distintas formas en que se puede ejercer machismo y casi arguyendo grados de éste ¿Qué sentido tiene cuestionar el exceso de ropa de las mujeres orientales cuando en occidente la violencia es ejercida por una desnudez al servicio de una cultura igual de machista? En relación a esta pregunta hay dos desafíos que plantea Butler (2009): pensar en la necesidad de un sujeto del feminismo, entendiendo su pluralidad y  pensar en que esa “representación” no necesita darse por sentado.

Considerando lo anterior es que es necesario problematizar los componentes y lo que se entiende por identidad de género, varias autoras lo han tratado, pero desde distintas apreciaciones que llegan a un mismo punto: la necesidad de contrarrestar un sujeto del feminismo que considere a la mujer como un concepto unitario e inamovible.

En primer lugar, según lo que señala Montecino (1996) la identidad de género sería un cruce de variables se es mujer en una sociedad determinada, pero simultáneamente se puede ser joven (categoría de edad), indígena (categoría étnica), pobre (categoría de clase) (p: 188). Siguiendo esta lógica Facio (s.f.) señala que ésta identidad “(…) no se construye aislada de otras categorías sociales como la raza/etnia o la clase socioeconómica y es calificada por la edad, la orientación sexual, el grado de capacidad/habilidad, la nacionalidad, etc.” (P: 12-13)


En segundo lugar, la identidad de género debe desdibujar los bordes binarios que impone la cultura heteronormativa, puesto que como señala Lagarde (1990)  “Vivir en el mundo patriarcal hace a las mujeres identificarse y desidentificarse con las mujeres, con los hombres, con lo masculino y con lo femenino. No viven una identificación directa con la mujer y lo femenino, ni está excluida su identificación con los hombres y con lo masculino.” (pág. 3)

En tercer lugar, la identidad de género debe concebirse como un concepto múltiple y fluido, tal como señala Mayobre (2006) al hablar de las filósofas feministas, estableciendo que éstas “a la hora de reinventarse a sí mismas y de presentar nociones de subjetividad alternativas no recurren a conceptos como ser, sustancia, sujeto etc. sino a categorías conceptuales como fluidez, multiplicidad, intercorporalidad, nomadismo” (pág. 6).


Y en cuarto lugar,  la identidad de género es performativa, lo que en palabras de Butler (2009) sería: “no existe una identidad de género detrás de las expresiones de género; esa identidad se construye performativamente por las mismas «expresiones» que, al parecer, son resultado de ésta.” (pág. 85). Es decir, existe una relación contante entre la identidad de género y sus expresiones, donde por ejemplo, el ser madre no viene dado por el género femenino, sino que el ser madre interactúa con el ser mujer, al mismo tiempo que lo integra.

En suma, la identidad de género cruza variables - ya sean de raza, clase o edad-, trasciende los bordes binarios de la cultura patriarcal y es una identidad en constante fluidez, lo que la hace múltiple y performativa.

¿Por qué tener cuidado con estos lineamientos?

Porque para comprender los asuntos pendientes en la lucha feminista, debemos partir por considerar que existen múltiples opresiones ligadas a estas múltiples identidades (INSTRAW, 2005). Por otra parte, pensar en una identidad constante y única lleva a errores como:

  • ·         Pensar en una unificación de las identidades de género por razón geográfica, como lo señala Valdés (1991)  al decir que  “Hablar de ‘la mujer latinoamericana’ es de por sí una osadía” (pág. 15).
  • ·         No comprender las categorías que componen la identidad de género y generalizar demandas, un ejemplo a esta situación es lo que recalca Kambel (2004): “(…) muchas mujeres indígenas consideran que el hecho de ser indígenas constituye el mayor obstáculo que impide que disfruten sus derechos humanos – y no precisamente el hecho de ser mujeres” (pág. 3)
  • ·         Caer en etnocentrismos al momento de generar críticas feministas hacia otras culturas patriarcales, esto se ha producido especialmente al analizar el patriarcado oriental; en este sentido, Guerra (2008) nos habla del “síndrome de la misionera” que se plantea como objetivo salvar a las “ignorantes y sometidas” del Tercer Mundo.

Ante esas situaciones contraproducentes para la lucha feminista, cabe rescatar la crítica que hace Butler (2009): “insistir en la coherencia y la unidad de la categoría de las mujeres ha negado, en efecto, la multitud de intersecciones culturales, sociales y políticas en que se construye el conjunto concreto de <<mujeres>>.” (pág. 67). En conclusión, el llamado es a considerar las aproximaciones teóricas aquí esbozadas en cuanto a la construcción de las identidades de género, y por ende, de los sujetos del feminismo.


Bibliografía

Anzaldúa, G. (2004). Movimientos de rebeldía y las culturas que traicionan. Madrid: Otras inapropiables. Feminismos desde las fronteras.

Butler, Judith. (1999). El género en disputa. Barcelona: Paidós

Facio, Alda. (n.d.). Feminismo, Género y Patriarcado. Extraído de http://cidem-ac.org/PDFs/bibliovirtual/VIOLENCIA%20CONTRA%20LAS%20MUJERES/Genero,%20Derecho%20y%20Patriarcado.pdf

Guerra, María. (2008). Culturas y género: prácticas lesivas, intervenciones feministas y derechos de las mujeres. En Revista de Filosofía Moral y Política Nº 38, (pp. 61-76)

INSTRAW. (2005). Género, gobernabilidad y participación política de las mujeres. Extraído de http://www.uninstraw.org/jdata/images/files/marco/marcoreferencia_instraw_sp.pdf

Kambel, Ellen-Rose. (2004). Guía sobre los derechos de la Mujer indígena bajo la convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.

Kaufman, Michel. (1995). Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres. En género e identidad Ensayos sobre lo femenino y lo masculino. (pp. 123 – 146)

Lagarde, Marcela. (1990). Identidad femenina. Extraído de http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/purificacion_mayobre/identidad.pdf

Mayobre, Purificación. (2006) La formación de la Identidad de Género - Una mirada desde la filosofía extraído de http://areasgyr.files.wordpress.com/2011/03/genero-identidad.pdf

Montecino, Sonia. (1996). Identidades de género en América Latina: mestizajes, sacrificios, y simultaneidades. Debate Feminista, 187-200.

Scott, Joan. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico. Extraído de http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/scott.pdf


Valdés, A. (1991). Mujeres, culturas, desarrollo (perspectivas desde América Latina). Santiago: Serie Mujer y Desarrollo.

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